Hoy quiero hablaros de mi proceso de trabajo diario. Cada ilustrador, artista plástico o diseñador utiliza sus propios métodos para conseguir comunicar algo.
Pues bien, yo normalmente me inspiro en la naturaleza y en todos los modelos que ofrece. Lo que me atrae de ella son los animales y las plantas, sus formas, colores y fragancias. Detrás de cada espécimen hay infinidad de texturas, movimientos y comportamientos que me fascinan.
Poco a poco voy generando experiencias y recuerdos que se transforman en emociones y sentimientos que necesito expresar mediante el dibujo. Por eso la primera fase de mi proceso creativo es la observación. El análisis de cada linea, el estudio del volumen o la interpretación de luces y sombras, se va traduciendo en trazos, movimientos de muñeca y manchas de tinta.
Y poco a poco voy interiorizando esa experiencia contando boceto a boceto un poco más sobre mí. Y entonces cuando se simplifica el dibujo, cuando surge la mancha, los nuevos colores, más personales, cuando todo queda reducido a lo mínimo, puedo escoger de cada boceto lo que necesito para hacer esa nueva amapola, mi amapola.
Así que si tuviera que resumir mi proceso creativo utilizaría estas tres palabras: observación, interiorización y expresión.
¡Feliz semana!
Esos pasos son justo, los que hacen falta para encender la bombilla de la CREATIVIDAD. Gracias por recordármelos y enhorabuena por esas primaverales amapolas.
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Gracias! Si queremos expresar a través del dibujo o de cualquier otra disciplina artística es imprescindible interiorizar la experiencia para que la obra resultante sea genuina y única porque cada individuo tiene una forma particular de ver la realidad.
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Bellísimo! Me encanta tu análisis de la forma ❤
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Muchas gracias! El análisis es crucial en mi proceso creativo, luego la imaginación hace el resto. Besos
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